Algún día mi corazón dejará de latir al ritmo de tu amor.
Algún día mi voz sonará sin gritar tu nombre entre líneas.
Algún día mi cama olvidará la silueta de tu cuerpo.
Algún día mi ropa dejará de oler a tu perfume de rosas.
Algún día caminaré por la calle sin intentar encontrarte.
Algún día mis ojos dejarán de llorar tu ausencia.
Algún día mi piel borrará las marcas que me dejaste.
Algún día voy a caminar descalzo sobre las brasas de tu nombre y ya no me dolerán los pies.
Algún día mi mente recuperará los recuerdos felices.
Algún día vas a volver? Algún día te voy a olvidar?
Algún día dejaré de tratar de olvidarte?
Algún día sabré todas estas respuestas, porque algún día te amé, me amaste, y prometiste no irte nunca más, y yo, a pesar de todo, seguí firme acá, mirando el cielo, sabiendo que algún día volveremos a estar juntos..
La vida es así.
Yo soy así, si te gusta bien, y sino también.
lunes, 28 de noviembre de 2011
domingo, 25 de septiembre de 2011
Amanecer
Me despierto, y el amanecer recae sobre mis ojos nuevamente.
El sol molestando mi visión, iluminando mi habitación, haciendo brillar tu
cabeza sobre mi almohada. Te miro, tus cabellos revueltos representando el
desorden de mi alma. Nuestra ropa desparramada por el suelo de mi cuarto,
dejando entrever la intensidad de nuestra pasión. Me siento en la cama y
pienso. Pienso en vos, que sos mía, que estás conmigo y no quiero que te vayas.
Quisiera despertarte para seguir probando tus labios, para poder ver tus ojos. Dormís
profundamente, totalmente entregada al mundo de los sueños. Te miro, y aunque
aparte la mirada, tu imagen rebota en mi mente. Mi corazón late a un ritmo singular,
sincronizado al tuyo. Podría estar horas observándote, viendo como los rayos
del sol filtran por la ventana haciendo más evidente tu belleza.
Mi corazón murió alguna vez, y vos simplemente mirándome a
los ojos lo fuiste reviviendo de a poco. ¿Existe Dios acaso? Si existe, sos la
prueba irrefutable de que sus ángeles existen, y que cada uno de nosotros tiene
uno, y yo te tengo a vos, el más hermoso de todos. Necesité de vos desde la
primera vez que te vi, tu presencia me estremeció desde el primer momento. ¿Es
eso lógico? ¿Es esto “amor”? El amor no tiene lógica, de la misma manera que tampoco
la tiene mi locura.
Te despertás y me buscás con la mirada, te sonrío, me sonreís.
Me vuelvo a recostar, y huelo tu pelo, te beso suavemente y nos miramos. ¿Es
esto realidad? ¿O simplemente es esto parte de una fantasía? Es demasiado
perfecto para ser real, es demasiado perfecto y lo disfruto.
Tus huellas quedan en mi cuerpo, mi piel tiene tu aroma,
tiene que ser real. Pero no. Ya no.
Me despierto, los rayos de sol golpean en mi cara. Me doy
vuelta y no estás. Solo me queda volver a dormirme, para tenerte aunque sea en
mis sueños, porque nunca vas a volver.
miércoles, 11 de mayo de 2011
sábado, 5 de febrero de 2011
A veces
A veces pierdo las esperanzas. A veces recuerdo tus ojos verdes cristalinos. A veces me quedo despierto mirando el alba recordando tu dulce voz. A veces toco mi música y sonrío nostálgicamente. A veces vuelvo a perder las esperanzas. A veces miro tus fotos y las tiro al suelo. A veces leo historias de reyes y princesas imaginándote conmigo. A veces recorro ciudades perdiendo mi mirada en la lejanía, buscándote. A veces recobro las esperanzas. A veces te veo, y ya no estás. A veces pienso "¿por qué?". A veces comprendo el porqué de tu ida. A veces desando nuestros viejos caminos, que ya no tienen tus huellas. A veces no te veo, porque ya no estás. A veces recojo tus fotos del suelo, y me siento a observarte. A veces digo "¿para qué?". A veces te extraño, pero lo niego. A veces te sigo amando, pero en secreto. A veces estoy con vos allá lejos, donde no te puedo hallar. A veces escribo textos y vuelvo a escribir sobre vos. A veces vuelvo a mirar tus fotos. Y se humedecen. Se humedecen con mis lágrimas. Ya no lloro el desamor. Ya no lloro por rencor. Es que a veces te necesito, a veces ya no te amo, pero te vuelvo a amar. Y aunque ya te olvidé, a veces te recuerdo, y aunque tengo esperanzas de volver a verte, a veces esas esperanzas ya las perdí.
domingo, 16 de enero de 2011
Tus ojos
Te miro a los ojos y lo disfruto. En ellos se reflejan mi felicidad y la tuya. Destellos de esperanza y alegría por encima de borrones lejanos de melancolía y angustia. Todo eso en un instante que dura un siglo, un siglo que pasa en un segundo.
Tus ojos cansados muestran pequeños atisbos de debilidad, de desgano y una pizca de desprecio. Pero a mi primer parpadeo ese cansancio se convierte en energía, en vida.
Me mirás fijo. Paulatinamente nos perdemos de vista y nos encontramos en el fin del mundo, con una estampida de animales extintos bajo nuestros pies. Volamos sin soltarnos, como si nuestro abrazo fuera la fuerza que nos mantiene en el aire, vivos. Nuestras miradas jamás dejan de encontrarse. Tus ojos jamás dejan de reflejar los míos.
Te miro fijo. Por momentos sos como un espejo que me lleva al pasado, épocas doradas de amor incondicional y sin reproches. Pero ahora estoy acá, con vos, que no de me dejás de mirar, que no te dejo de mirar.
El tiempo no pasa, o pasa muy rápido, no lo sé. Pensar que muy poco tiempo atrás mi vida no tenía rumbo, y ahora estoy acá, con la persona que le da sentido a mi vida. Tu fragilidad me obliga a ser fuerte, a luchar contra los ejércitos más temibles, a enfrentar a los monstruos más poderosos, porque vos sos mi fuerza. Pero de eso nada sabés. Solo mirás mis ojos. Mis ojos que reflejan los tuyos.
Escucho un ruido y nuestra burbuja de amor se rompe en mil pedazos. Pudieron haber pasado mil horas en esa habitación, solo sumergido en la belleza de tus ojos, y en ese momento vuelvo a la realidad. Me voy, pero sin dejar de mirarte una vez más desde la puerta, mientras dormís en tu cuna.
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