La vida es así.

Yo soy así, si te gusta bien, y sino también.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Amanecer




Me despierto, y el amanecer recae sobre mis ojos nuevamente. El sol molestando mi visión, iluminando mi habitación, haciendo brillar tu cabeza sobre mi almohada. Te miro, tus cabellos revueltos representando el desorden de mi alma. Nuestra ropa desparramada por el suelo de mi cuarto, dejando entrever la intensidad de nuestra pasión. Me siento en la cama y pienso. Pienso en vos, que sos mía, que estás conmigo y no quiero que te vayas. Quisiera despertarte para seguir probando tus labios, para poder ver tus ojos. Dormís profundamente, totalmente entregada al mundo de los sueños. Te miro, y aunque aparte la mirada, tu imagen rebota en mi mente. Mi corazón late a un ritmo singular, sincronizado al tuyo. Podría estar horas observándote, viendo como los rayos del sol filtran por la ventana haciendo más evidente tu belleza.
Mi corazón murió alguna vez, y vos simplemente mirándome a los ojos lo fuiste reviviendo de a poco. ¿Existe Dios acaso? Si existe, sos la prueba irrefutable de que sus ángeles existen, y que cada uno de nosotros tiene uno, y yo te tengo a vos, el más hermoso de todos. Necesité de vos desde la primera vez que te vi, tu presencia me estremeció desde el primer momento. ¿Es eso lógico? ¿Es esto “amor”? El amor no tiene lógica, de la misma manera que tampoco la tiene mi locura.
Te despertás y me buscás con la mirada, te sonrío, me sonreís. Me vuelvo a recostar, y huelo tu pelo, te beso suavemente y nos miramos. ¿Es esto realidad? ¿O simplemente es esto parte de una fantasía? Es demasiado perfecto para ser real, es demasiado perfecto y lo disfruto.
Tus huellas quedan en mi cuerpo, mi piel tiene tu aroma, tiene que ser real. Pero no. Ya no.
Me despierto, los rayos de sol golpean en mi cara. Me doy vuelta y no estás. Solo me queda volver a dormirme, para tenerte aunque sea en mis sueños, porque nunca vas a volver.